Ciudad
Educadora.
Por: Rafael Sánchez
Anillo.
LA EDUCACIÓN
EN CHILE (II).
La meta del actual presidente de
Chile, Sebastián Pinera, es que su
nación pase a formar parte del Primer
Mundo de la educación en el año 2018, y para alcanzar ese objetivo se propone
aumentar su ingreso per cápita de 14 Mil 400 dólares anuales en el 2010 a 24
Mil dólares anuales en el año 2018; es decir, crecer 6% cada año. Por otro
lado, se propone duplicar el subsidio estatal por alumno, para ofrecer mejores
profesores y cualificar su formación en busca de la calidad educativa
excelente.
A través de un fondo educativo,
el estado invirtió en el extranjero 6 Mil millones de dólares, el cual otorga el
gobierno desde el año 2008, para financiar cerca de 6 Mil 500 becas anuales, para que estudiantes
chilenos realicen estudios de posgrado
en Estados Unidos, Europa, Nueva Zelanda y Australia. El gobierno chileno, no
se preocupa por la fuga de cerebros, no les importa que sus estudiantes vuelvan a su país de inmediato; aunque, citan
el ejemplo de la India, donde la gran mayoría de los estudiantes Indios se
quedan en Estados Unidos unos 10 años y posteriormente, regresan a su país con
un bagaje de conocimientos impresionante, mucho más creativos, y con más
contactos internacionales, a servirle a su nación.
En chile el 30%, de los
estudiantes de universidades públicas y privadas están becados y el 70% restante
tiene acceso a créditos estudiantiles de bajo costo – 2% anual. Cuando el
estudiante gradúa, debe pagar los costos de su educación universitaria, lo cual
le obliga a elegir carreras que ofrezcan más garantías de empleo y mejores
sueldos. Los costos en las universidades privadas son altos, oscilan entre los
3 Mil 200 dólares por año para humanidades, hasta unos 6 Mil 900 para medicina.
La Universidad de Chile tiene muchos más estudiantes de ingeniería que de psicología,
filosofía o sociología. Se admite cerca de 600 estudiantes por año en ingeniería,
50 en psicología, 50 en filosofía y 40 en sociología. Si el estudiante pasa de
seis años y no se gradúa, aunque rinda
materias no puede permanecer en la universidad. El Estado considera que no se puede usar dinero de los contribuyentes
para pagar por estudiantes que no estudian.
El fenómeno más destacado de la
educación superior chilena en las últimas
décadas ha sido el auge de las
universidades privadas, de las
58 universidades chilenas, 42 son privadas, y 36 de ellas fueron creadas
en las tres últimas décadas; por
tanto, se puede asegurar que la proliferación de universidades privadas fue lo
que ayudó a masificar la
educación superior en Chile.
Conclusión. Aunque se
destaquen los avances de Chile en la
educación de América latina, tenemos que identificar los antecedentes de
políticas de tercerización o privatización de la administración de la educación
pública, donde los Chilenos han sido los gestores de la educación en concesión,
por orientación del Banco Mundial y el Fondo Interamericano de Desarrollo; de
esta forma, la educación no es manejada como una inversión social, sino como un
negocio para los privados, tal como ocurre con la prestación del servicio de la
educación universitaria, por el sector privado.
Cualquier aporte o crítica,
enviar a: rsanillo@hotmail.com
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