CIUDAD EDUCADORA.
POR RAFAEL SANCHEZ ANILLO.
¿HASTA CUANDO EL CENTRALISMO?
Nuestra constitución política de 1991, establece la autonomía de los entes territoriales (Departamentos, Municipios, Distrito, y Territorios Indígenas), pero lo que ocurre en la realidad es totalmente paradójico; no obstante, dependemos diariamente del centralismo del interior del país, lo cual nos conduce a la reflexión diaria; aunque desde las regiones se implora al Gobierno Nacional cada día la creación de regiones.
El Art 287 de nuestra constitución, dice:”Las entidades territoriales gozan de autonomía para la gestión de sus intereses, y dentro de los límites de la Constitución y la ley. En tal virtud tendrán los siguientes derechos: Gobernarse por autoridades propias; Ejercer las competencias que les correspondan; Administrar los recursos y establecer los tributos necesarios para el cumplimiento de sus funciones”. La pregunta es ¿Cuál autonomía? y ¿hasta cuando el centralismo nos dirigirán desde el centro del país?. Estos interrogantes los fundamento en que los municipios y Distritos (Alcaldes y concejos) no tienen ningún tipo de decisiones en situaciones y problemas de la vida diaria, tales casos, como: los servicios públicos, donde desde el centralismo, las comisiones de regulación deciden e imponen las condiciones a los usuarios de agua, alcantarillado, aseo, gas, energía, televisión privada, telefonía móvil y fija, e internet; no obstante, el usuario y gobernantes, desde su municipio se siente impotente e incapaz de actuar porque la respuestas de las empresas prestadoras de servicios públicos y la superintendencia, es que el cobro o actuación(abuso) de la empresa prestadora del servicio, obedece al cumplimiento de las decisiones tomadas desde el centralismo sin la participación de los gobernantes, habitantes o usuarios del ente territorial. En el caso de Barranquilla, tenemos muchas situaciones, donde los gobernantes y comunidad, carecen de facultades para solucionar las problemáticas y desde Bogotá, nos imponen los proyectos condicionados, de lo contrario se trasladan a otros sitios del país. El caso mas patético, es el del Puerto Marítimo de Barranquilla, que se administra desde la capital del país, sin que los gobernantes y ciudadanos puedan tener poder de decisión para resolver el problema de la navegabilidad; sin embargo, el problema es cada día mas complicado en contra de los intereses de nuestra ciudad. En segundo caso, lo ocurrido con el Mega Colegio Olguita Emiliani, diseñado en Bogotá desde las oficinas de Fonade, hoy altamente cuestionado por expertos de la sociedad de ingenieros del atlántico, donde su presidente Víctor Cantillo, dijo: “Lo mas seguro es que los planos se hayan realizado en Bogotá con unos patrones estándar, sin tener en cuenta las condiciones locales, en este caso el que por el sector pase un arroyo”. Tercero, el caso del Transmetro, diseñado por una empresa Española “Bocarejo” sin tener en conocimiento la existencia de arroyos en Barranquilla.
Todo esto pasa y el centralismo esta acabando con nuestra autonomía local y regional; o sea, no tenemos oportunidad de solucionar nuestros problemas, ni poder de decisión en la búsqueda de soluciones autóctonas y propias, determinar nuestros proyectos que nos beneficien. Aunque el movimiento liderado por gobernantes de la región Caribe, movimientos cívicos y comunitarios, jóvenes, organizaciones de mujeres y hombres, hemos visto frustrado nuestro porvenir social por el egoísmo y mala fe de dirigentes del interior del país y algunos caribeños, que nos tienen en el atraso, la desidia, abandono, pobreza y miseria. Algún día nos liberaremos del centralismo. ¡SIGAMOS EN LA LUCHA POR LA CREACION DE NUESTRAS REGIONES!.
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