miércoles, 27 de abril de 2011

La familia, escuela de la sociedad.

Ciudad educadora. Diario la libertad 26 abril de 2011.
Por: Rafael Sánchez Anillo.
La familia, escuela de la sociedad.
En la familia es el lugar donde nacen los ciudadanos, y es allí donde se desarrolla la primera escuela, y a través de sus padres, familiares ó acompañantes, se fundamentan los principios de justicia, la honradez, el respeto, la verdad, la generosidad, la tolerancia la solidaridad, etc., elementos esenciales para el desarrollo de una sociedad contemporánea. La familia es toda una experiencia de comunidad que se manifiesta mediante su participación en la vida diaria, la cual representa su primera y fundamental aportación a la sociedad; de esta forma, nos aleja, de una sociedad donde arroje una juventud apática, no solidaria, indiferente.
Son muchos los ingredientes que debe tener la familia para propiciar un campo adecuado de “escuela de la sociedad”, tales como: la funcionalidad de la pareja, nivel educativo de los padres, la calidad de tiempo de dedicación a los hijos, un empleo bien remunerado, condiciones mínimas de vivienda, alimentación, salud y educación; no obstante, que se respete y favorezca la dignidad personal de todos y a cada uno como único título de valor, que se acojan mutuamente en cordialidad. Que haya encuentro y diálogo, disponibilidad desinteresada, servicio generoso y solidaridad profunda, que redunde en la formación de los hijos.
Así, la promoción de una auténtica y madura comunión de personas en la familia, se convierte en la primera e insustituible escuela de sociabilidad, ejemplo y estímulo para las relaciones comunitarias en un clima de respeto, justicia, diálogo y amor. Así , la familia constituye el lugar natural y el instrumento más eficaz de humanización y personalización de la sociedad. De lo contrario, sí se crece en un ambiente hostil, casi es seguro que los frutos sean nefastos.
Es difícil educar sin el consentimiento y la aprobación de los padres y madres, conseguir una intensa comunicación y complicidad entre la escuela y la familia, si no es desde el inicio del proceso escolar en la etapa infantil, porque es cuando las familias configuran su propio modelo de parentalidad. La escuela infantil, más que nadie, ha de potenciar y reforzar las capacidades educativas de los padres y madres a través de múltiples recursos, como los talleres de padres y madres, los espacios familiares, escuelas de padres, etc. En estas primeras fases los padres y madres no sólo buscan como aprender a alimentar, dormir, consolar a su hijo sino que necesitan plantearse cuestiones esenciales y transcendentes como que quiere decir educar, que espacio se concede a las demandas de los hijos, que espacio ha de ocupar su hijo en el tejido familiar, cuales son sus propias capacidades como educadores.
Por parte de la escuela, el reconocimiento del niño como persona tiene que tener en cuenta su entorno, y para ello contar con su familia. Muchas veces, las reticencias a que la familia se implique en el proceso educativo de sus hijos vienen dadas por la escuela misma, más concretamente por los educadores, que a veces ven a los padres como personas ajenas a la educación de los niños, cuando, por el contrario, deberían ser socios en este proceso educativo.
En conclusión, se hace necesario, estar muy atentos a los niños y niñas, por parte de los padres y madres, ante los peligros inminentes que se exponen ante la soledad, el abandono, la televisión y los juegos electrónicos que generan violencia y perdidas de valores. “Si educas a tus hijos con bases solidas desde el seno de la familia, no se debe tener temor por su desempeño en nuestra sociedad”.
Cualquier aporte ò critica , enviar a :rsanillo@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario