lunes, 4 de agosto de 2014


Mi aspiración  de gobernar a Barranquilla.

Quiero en esta columna expresarme  de manera libre y respetuosa, que siempre me ha caracterizado en mi vida pública, las causas que me motivan  aspirar a la alcaldía de la ciudad más importante del caribe colombiano,  Barranquilla, Distrito Industrial y portuario,  designada la capital del tratado de libre comercio, con desarrollo comercial expandido con fortaleza y pujanza en su gente y empresarios.

Mi decisión obedece  a  las circunstancias sociales que hoy viven miles de Barranquilleros, donde los índices de pobreza y miseria, se encuentran por encima de la media nacional. Podemos palpar la  realidad cuando llegamos a los barrios de las localidades, especialmente del sur de nuestra ciudad, donde el desempleo, hambre, miseria, pobreza, delincuencia, consumo y venta de sustancia psicoactivas, grupos desadaptados; no obstante, en otros sectores problemas de movilidad, inseguridad, ocupación del espacio público, contaminación ambiental, rechazo a los comparendos de movilidad, deporte y cultura sin norte en programas e inversión, rechazo a la prestación de  servicios públicos en especial  el que presta electricaribe, entre otros.

Después de hacer una parcial radiografía de los problemas que hoy  enfrenta nuestra ciudadanía en todos los órdenes expuestos, estoy llamado a presentar un programa de gobierno, construido desde las bases de las localidades, donde los líderes sociales deben contribuir a la elaboración  de este programa, ya que estos conocen los problemas y en gran parte la solución. Así, podemos construir una mejor ciudad entre todos y para todos, y no a favor de sectores económicos y familiares. Por otro lado, me preocupa la escasa participación de los actores políticos y sociales en las principales decisiones de nuestra ciudad, tales como el plan de ordenamiento territorial. (POT),  el futuro de la avenida del rio en manos de particulares, sin que se conozca públicamente que es lo que se proyecta en esa zona, la contratación pública  en poder de pocas empresas, desestimulando de esta forma,  a los  inversionistas de poco musculo financiero.

Es digno reconocer que todos los alcaldes han trabajado de buena manera, bajo la perspectiva de su programa de gobierno, pero la realidad es que se ha avanzado en la infraestructura de nuestra ciudad, pero se ha descuidado las dimensiones de desarrollo social y humana, donde la población pobre es del 34,7 % EN EL  2011 y el 30,4 % para el 2012; y la población de extrema pobreza (miseria)en el año 2011 fue de 5.3 % y para el año 2012 fue del 3.8 %, según informe oficial del DANE 2013 referente a la pobreza y extrema pobreza.

De esta manera, es necesario pensar en nuestra ciudad, donde la infraestructura hay que seguirla trabando de manera incansable y futurista, pero para poder construir una ciudad sostenible nos corresponde trabajar para derrotar la pobreza y miseria de nuestra ciudad, y para ese fin, estoy dispuesto asumir este reto  con el apoyo de todos los sectores políticos y sociales que le apunten a construir una mejor ciudad.              Cualquier aporte o crítica, enviar a: rsanillo@hotmail.com

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