Mi aspiración de gobernar a Barranquilla.
Quiero en esta columna expresarme de manera libre y respetuosa, que siempre me
ha caracterizado en mi vida pública, las causas que me motivan aspirar a la alcaldía de la ciudad más
importante del caribe colombiano,
Barranquilla, Distrito Industrial y portuario, designada la capital del tratado de libre
comercio, con desarrollo comercial expandido con fortaleza y pujanza en su
gente y empresarios.
Mi decisión obedece a las
circunstancias sociales que hoy viven miles de Barranquilleros, donde los
índices de pobreza y miseria, se encuentran por encima de la media nacional.
Podemos palpar la realidad cuando
llegamos a los barrios de las localidades, especialmente del sur de nuestra
ciudad, donde el desempleo, hambre, miseria, pobreza, delincuencia, consumo y
venta de sustancia psicoactivas, grupos desadaptados; no obstante, en otros
sectores problemas de movilidad, inseguridad, ocupación del espacio público,
contaminación ambiental, rechazo a los comparendos de movilidad, deporte y
cultura sin norte en programas e inversión, rechazo a la prestación de servicios públicos en especial el que presta electricaribe, entre otros.
Después de hacer una parcial radiografía
de los problemas que hoy enfrenta
nuestra ciudadanía en todos los órdenes expuestos, estoy llamado a presentar un
programa de gobierno, construido desde las bases de las localidades, donde los
líderes sociales deben contribuir a la elaboración de este programa, ya que estos conocen los
problemas y en gran parte la solución. Así, podemos construir una mejor ciudad
entre todos y para todos, y no a favor de sectores económicos y familiares. Por
otro lado, me preocupa la escasa participación de los actores políticos y
sociales en las principales decisiones de nuestra ciudad, tales como el plan de
ordenamiento territorial. (POT), el
futuro de la avenida del rio en manos de particulares, sin que se conozca
públicamente que es lo que se proyecta en esa zona, la contratación pública en poder de pocas empresas, desestimulando de
esta forma, a los inversionistas de poco musculo financiero.
Es digno reconocer que todos los
alcaldes han trabajado de buena manera, bajo la perspectiva de su programa de
gobierno, pero la realidad es que se ha avanzado en la infraestructura de
nuestra ciudad, pero se ha descuidado las dimensiones de desarrollo social y
humana, donde la población pobre es del 34,7 % EN EL 2011 y el 30,4 % para el 2012; y la población
de extrema pobreza (miseria)en el año 2011 fue de 5.3 % y para el año 2012 fue
del 3.8 %, según informe oficial del DANE 2013 referente a la pobreza y extrema
pobreza.
De esta manera, es necesario
pensar en nuestra ciudad, donde la infraestructura hay que seguirla trabando de
manera incansable y futurista, pero para poder construir una ciudad sostenible
nos corresponde trabajar para derrotar la pobreza y miseria de nuestra ciudad,
y para ese fin, estoy dispuesto asumir este reto con el apoyo de todos los sectores políticos
y sociales que le apunten a construir una mejor ciudad. Cualquier aporte o crítica, enviar a: rsanillo@hotmail.com
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